
En el N° 6 de Pointweg nos detuvimos. Aparcamos la Gazelle y la Gitane y tocamos el timbre del Gästehaus Kögler. Nos abrió la puerta un sesentón alto, retrato de un hombre con huella deportiva. Y en efecto, Kögler había sido un deportista de alto rendimiento, hecho que descubrimos curioseando las fotos colgadas en el Gästehaus. Antes que nada, el acomodo. Había que lavar (dejamos las capas extendidas en una terraza exterior, los guantes y los cascos) y secar los enseres deportivos que usamos durante la jornada. ©cAc weg2011
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