Único dilema, la lengua. Mi alemán es malo recontra malo,
y aunque tengo excelentes amigos alemanes, nunca he hecho el esfuerzo por aprender y comprender a Goethe en su lengua, porque con mis amigos comunico en español, y también en francés. La organización lingüística y del trayecto recayó enteramente sobre el ingeniero Wakim, pues no por gusto hizo cuatro años de alemán. Me correspondió alimentar la “gazelle” y ocuparme de los billetes por la partida de Paris hasta un punto en Alemania. Las ofertas de la SNCF no eran amplias, y los horarios tampoco satisfacientes. Finalmente optamos por comprar un billete Paris – Sttugart, con salida desde la Gare de l’Est. En Stuttgart compraríamos la conexión a Lindau, recomendado, porque aunque casi todos los trenes permiten viajar con la bicicleta (las nuestras, desmontadas y guardadas en un bolso especial), es importante que haya la disponibilidad. El día de partida lo fijamos para el domingo 19 de junio. ©cAc weg2011
y aunque tengo excelentes amigos alemanes, nunca he hecho el esfuerzo por aprender y comprender a Goethe en su lengua, porque con mis amigos comunico en español, y también en francés. La organización lingüística y del trayecto recayó enteramente sobre el ingeniero Wakim, pues no por gusto hizo cuatro años de alemán. Me correspondió alimentar la “gazelle” y ocuparme de los billetes por la partida de Paris hasta un punto en Alemania. Las ofertas de la SNCF no eran amplias, y los horarios tampoco satisfacientes. Finalmente optamos por comprar un billete Paris – Sttugart, con salida desde la Gare de l’Est. En Stuttgart compraríamos la conexión a Lindau, recomendado, porque aunque casi todos los trenes permiten viajar con la bicicleta (las nuestras, desmontadas y guardadas en un bolso especial), es importante que haya la disponibilidad. El día de partida lo fijamos para el domingo 19 de junio. ©cAc weg2011
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