Bodensee – Königssee / Radweg

Lo de hacer los Alpes austriacos en bicicleta puede parecer una locura, y creo que lo es ciertamente. En el momento en que se dijo, acabábamos de finalizar el camino a Santiago de Compostela, el cansancio reinaba en nosotros, y la idea surgió seguramente de la animosidad que trae consigo finalizar un buen vino sentados en la plaza de Muros de Nalón, viendo un memorable crepúsculo asturiano. Lo de hacer el radweg que serpentea la Baviera desde el lago Constanza hasta el lago Königssee, en las proximidades de Austria, fue una acertadísima idea que nos permitió saciarnos de un paisaje extremadamente hermoso. Bosques, prados, granjas, animales, puro verde, y pueblitos y pueblos y ciudades, verdadero recorrido arquitectónico por el sur de Alemania, con la cadena alpina de fondo.


lundi 20 juin 2011

Auf der Breite












Stiefenhofen marca el kilómetro 48 de nuestro bicicleteo. Encaramado a 800 metros, el pueblito transpira esa calma que le es propia a los lugares ajenos al bullicio. Nos detenemos frente a una casa y preguntamos al propietario que jardinea si conoce de alguna familia que alquile habitación. Él mismo es arrendador y nos ofrece la suya, que no era una pieza sino un confortable studio en el segundo nivel de la residencia. Aceptamos la oferta e hicimos pausa al final de nuestra primera etapa. ©cAc weg2011
HAUS NETT (Rita & Andreas Nett) www.haus-nett.de

La felicidad atrapada en una foto!( Röthenbach)





R Ö T H E N B A C H




Hasta llegar a Gestratz, -que nunca descubrimos, una sucesión de granjas y pueblitos van salpicando el camino: Zwirkenberg, Unterschmitten, Oberschmitten. Seis kilómetros de ligero ascenso que nos van a catapultar a la comuna de Stiefenhofen. Ya en esta comuna, en la que “hofen” (algo así como granja) va colgado en cada nombre, comenzamos a apreciar las pinturas que decoran los muros de sus casas, como la que les presento, de una fachada en Röthenbach. En un barrio a la salida de este pueblito, Elie me confiesa haber hecho la más bella foto del camino, en la que cuatro niños transpiran toda la felicidad del mundo mientras conducen un cuatriciclo! Heimhofen, Rutzhofen, Mittelhofen van quedando en el recuerdo de la tarde que comienza a sombrear. El sol se ha escondido detrás de una muralla de nubes y aunque sigue prestando su noble servicio de lámpara, no lo volveremos a ver hasta la mañana siguiente. ©cAc weg2011

Eglofs








Al final de la ligera cuesta, aparece Eglofs. A 600m de altura nos tropezamos con una venta de cerezas, hermosas por el color y en extremo deliciosas. Engullimos el kilo de cerezas rojas y negras en un recodo del camino ante la mirada sorprendida de una vaca pinta. La región además de ganadera es también maderera. El bosque nutre innumerables pequeñas carpinterías especializadas en los trabajos de construcción y rehabilitación de las viviendas. Prueba de ello, los trabajos de balconería, las contraventanas y la decoración y cubierta de los techos. Las casetas de las paradas de ómnibus, también de madera, armonizan con ese espíritu écolo de los alemanes. ©cAc weg2011

Syrgenstein







Al dejar Edelitz, el camino va cuesta abajo. El olor a pino que la brisa nos regala nos acompaña buena parte de la bajada. Por estos lares el camino entra y sale de Baviera y toca el estado de Baden-Württemberg, al menos eso es lo que nos hace ver el cartel una vez que atravesamos Syrgenstein, con su coqueto castillo. Una mezcla de “château-fort” y manoir perdido en un claro del bosque, como en un cuento de hadas. Torres desiguales, torreón con almenas, y buena cantidad de contraventanas decoradas de amarillo y negro. ©cAc weg2011

Edelitz








Estamos a casi 700m de altitud. El camino se ha convertido en una cuesta que no deja de serpentear granjas y atravesar pinares. El verde inunda el paisaje manchado de casonas de hasta tres niveles, a veces compartido el inmueble entre vivienda, granero, caballería y depósito de los útiles de laboreo. En la espesura del bosque, en el borde del camino, una diminuta capilla da fe del fervor religioso de la región. ©cAc weg2011

Música tradicional en Maria-Thann






No podíamos esperar a que nos cogiera la noche a mitad de camino. La capilla de Maria-Thann anunciaba un concierto de su conocidísima banda compuesta por 157 músicos, de los cuales 63 son profesionales. No tardamos en seguir el camino que comenzaba a mostrarse alto y desnivelado. El pueblito está situado a 601m, una bicoca, pero en lo adelante pueden aparecer sorpresas… ©cAc weg2011

Wigratz y Bleichen, granjas ganaderas







Veinte kilometros y medio más de pedaleo cuando alcanzamos Hergatz. Nos detuvimos par de veces, una para dejar pasar un tren regional, la otra para avituallarnos en frutos secos y otras golosinas que remplazan los pesados almuerzos. Claro, sin contar el para-para cada vez que veo una hermosa contraventana, un bicho, un caballo o una vaca! Wigratz es un caserío con una capilla que va con la talla del lugar. En el caserío de Bleichen me sentí paparazzi frente al grupo de terneras y terneros alebrestados con nuestra presencia. El color del cartel que anuncia estos caseríos rurales es de un verde botella y las letras en amarillo. ©cAc weg2011

Las contraventanas de Baviera


La contraventana es un aditamento exterior que se le incorpora a una ventana, que la protegerá de la intemperie, pero que tiene como función evitar la entrada de luz y del calor exterior, lo que permite que la pieza al quedar medio en penumbra, mantenga una temperatura agradable. Tiene función parecida a la persiana. En Cuba no se usan las contraventanas, y lo más parecido, por su función, son los postigos, sólo que éstos se abren hacia el interior de la pieza y no cubren toda la ventana. Estoy acostumbrado a la nobleza de la contraventana. Me sirvo de ellas en mi apartamento de Paris, y me son esenciales en mi “refugio” provenzal. La contraventana ha evolucionado y pueden encontrarse de diferentes materiales y formas, con mecanismos manuales y eléctricos. Yo prefiero las de bisagra, con persianillas incorporadas, las más extendidas en el hexágono, aunque proliferan cada vez más las contraventanas de madera sin persianas, un panel de madera sin aberturas. Y se preguntarán a qué viene toda esta historia de contraventanas haciendo bicicleta en Baviera. Nada más y nada menos por la cantidad de contraventanas que aprecié en la región alemana. Las contraventanas de Baviera son hermosísimas, de tipo panel entero, a veces con persianas otras aberturas trabajadas, y lo que hace la diferencia es la profusión de colores y la decoración de las mismas. Esta es la razón por la que me detuve tantas veces en el camino, para apreciar las contraventanas de Baviera y que les mostraré a lo largo del periplo de lago a lago… ©cAc weg2011

Hergensweiler








Hasta Hergensweiler hemos hecho 14.5km, manteniendo el mismo nivel de altura y sudando a borbotones. Hace un tiempo excelente en la región. Los paneles solares fulguran sobre los techos de las enormes casas-granjas, con sus jardineras de geranios y coloridas contraventanas. El sendero atraviesa las granjas y a veces atraviesa los patios, lo que da una sensación de familiaridad con el sitio, aunque no se vea a nadie fuera de las viviendas. ©cAc weg2011

Solarmoduls (paneles solares)









El pedaleo de Lindau a Sigmarszell, siempre paralelo a la frontera austriaca, nos ocupó todo el fin de la mañana antes del mediodía. Once kilómetros de pinares, el sendero zigzagueante y el río murmurando a la derecha. Las granjas se suceden y los campos de laboreo parecen pintados a la mano. Elie repara en la cantidad de tractores. Yo reparo en el uso de la energía solar. Los granjeros han incorporado a los techos de sus casas paneles solares. Pudiera parecer poco estético el azul negro de los paneles solares cubriendo el rojo de los tejados, pero captar la luz solar para generar electricidad o utilizarla para uso doméstico es un paso de avance en este mundo de derroche y desigualdades. Bravo por el buen sentido ecológico de los alemanes! ©cAc weg2011