Pasamos de
largo, bordeamos un barrio de Neuhaus y nos internamos una vez más en un camino
al interior de una franja boscosa que terminaba en un prado donde pastaban hermosos
caballos de toda suerte de colores, colas y penachos. La granja Aurach se
ofrecía como gasthof y si no hubiera sido porque la etapa ya estaba acordada,
la pausa en aquel abra daba deseos! No faltaba en el sitio una capilla, un poco
diferente a las acostumbradas capillas que hemos encontrado en el camino. Una
joven preparaba la terraza de un restaurant antes de la llegada de los comensales.
Avecinando el restaurant un prado extensísimo donde pastaban una decena de
carneros, y al término del prado, Stauden, un burgo acomodado de casas bonitas,
jardines, potreros con caballos y terneritos sueltos disfrutando del clima
suave de la región. ©cAc weg2011
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