Ohlstadt se perfila en el horizonte, ha dejado de llover y solo llovizna. Amaina, y el temporal cede a la calma. El cielo se despeja, descubrimos otra vez que las montañas son bellas y olvidamos que vamos dejando la huella de la lluvia por las calles secas del pueblo. ©cAc weg2011
…la calma.
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