La lluvia caída la víspera hizo extender un manto de humedad en la región. Una frialdad propia de noviembre en pleno junio nos acogió al despertar. Desayunamos previendo un pedaleo intensivo y nos despedimos de la patrona de Haus Helmer. Humedad, frescor y un velo neblinoso se unieron a nosotros desde que dejamos el pueblo. El camino blanco incrustado en la extensión verde se nos hizo cinta fina enroscándose y penetrando en olorosos bosquecillos de pinos altivos. Ah, Elie, encore des problèmes?, ta gazelle n’est pas gentille ! Elie no me responde, de hecho, no es un problema de la gazelle sino de sus alforjas! ©cAc weg2011
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