Pausa en el Klosterwirt

Et voilà! Después de la tanda de nenúfares, vino la tanda de cerveza fría. Pero antes nos detuvimos en el monasterio que da nombre y relieve al sitio. El conjunto religioso propiedad de la orden de los agustinos data del siglo XIX. En un área del recinto, un vetusto caserón rosado (Wieninger Klosterwirt) hace de cuartel general. Su cubierta de pizarra sirve de pared a los tres últimos niveles del edificio, que parece ser un conocido sitio de alojamiento y descanso por esos lares. Restaurant, bar y una amplia cafetería acogen a los clientes. Nos sentamos en una mesa próxima al camino que desciende en cuesta y allí disfrutamos de la belleza del paisaje hacia el que nuestros pasos se encaminaban (la silueta rocosa de los montes de Berchtesgaden en lontananza) y de la grácil figura de la joven bávara que nos sirvió la Wieninger que tanto deseábamos!  ©cAc weg2011