Un rato después atravesamos Bayerniederhofen, entre Berghof y Buching. La iglesia en lo alto de una colina verde, guardiana de la fe y de las vírgenes doradas y otros santos diseminados por el camino. En el mismo sitio, otra iglesia, y otra más, también blancas y de cúpulas bulbosas. La inmensidad del verde cubriendo cada metro cuadrado. El rojo de los tejados, mate sin destellos. El camino saliendo de Bayerniederhofen nos lleva directamente a Halblech, un barrio de casas altas, tranquilo, sin vida en las calles, salvo la de un gato agrisado que nos recibe y hace todo por atraer nuestra atención. No encontramos ni rastro de una “zimmer frei” en el sitio y seguimos adelante, por el sendero que nos lleva a Trauchgau. ©cAc weg2011
Bodensee – Königssee / Radweg
Lo de hacer los Alpes austriacos en bicicleta puede parecer una locura, y creo que lo es ciertamente. En el momento en que se dijo, acabábamos de finalizar el camino a Santiago de Compostela, el cansancio reinaba en nosotros, y la idea surgió seguramente de la animosidad que trae consigo finalizar un buen vino sentados en la plaza de Muros de Nalón, viendo un memorable crepúsculo asturiano. Lo de hacer el radweg que serpentea la Baviera desde el lago Constanza hasta el lago Königssee, en las proximidades de Austria, fue una acertadísima idea que nos permitió saciarnos de un paisaje extremadamente hermoso. Bosques, prados, granjas, animales, puro verde, y pueblitos y pueblos y ciudades, verdadero recorrido arquitectónico por el sur de Alemania, con la cadena alpina de fondo.
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