Salimos a una
ruta e inmediatamente encontramos la flecha caminera que nos indica Großweil. Un hermoso alazán deja de
pastar y levanta la cabeza al pasar. Pero no es por nosotros, el caballo ha
escuchado un trote que se acerca por el mismo camino. Elie quiere una foto con
el azul gris sublime de las montañas al fondo. El trote de caballos se deja
escuchar claramente. Yo me dejo fotografiar en metedeos con los tennis casi
secos a punto de volver a mis pies. El trote de dos caballos se armoniza a la
voz ronca de un hombre. Una carreta o coche de época es guiada por una joven
rubia el cabello recogido debajo de una gorra. Ella conduce y guía a los
caballos, detrás, el hombre de la voz ronca le enseña a la chica el arte de
conducir la carreta. Pasa veloz la carreta, saludan, resuena la voz del maestro
y se pierde en el camino que lleva a Großweil. ©cAc
weg2011
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